martes, 26 de enero de 2021

UNA REALIDAD ÚTIL PARA LA NUEVA NORMALIDAD

El mundo actual ha hecho de nosotros, unos cibernautas 24/7, situación que nos ha llevado rápidamente a la afiliación de una era digital qué, de algún modo nos impide entender ¿hasta dónde llega mi yo cibernauta? Usar equipos electrónicos y no contaminar es imposible.

Sería ingenuo creer que la continua automatización que promueven las empresas de manufactura, los distribuidores de equipo original (OEM) y las empresas de software con su potencial hacia la Inteligencia Artificial y la exploración espacial no van a generar residuos.

La cuestión fundamental se trata de conocer las matrices de reciclaje de los Ewaste a nivel global y cómo podemos introducirnos a estas vías, algunas de las cuales están consentidas por los Estados-Nación. Por ejemplo, las garantías legales que proporcionan legislaciones sudamericanas permiten el reciclaje de residuos tecnológicos para venderlos como piezas de restauración o equipos de segunda mano.

En cambio, el reciclaje europeo de RAEE es una contingencia porque resultó en una exportación ocasional desde los 27 países desarrollados hacia los países con economías emergentes después del año 2002. Ciertamente en nuestro rol de cibernautas, la posibilidad de visualizarnos como “contaminadores-recicladores” o en su defecto, que las empresas OEM se comporten como ecodiseñadores es una realidad útil para la nueva normalidad.

Porque la futura extracción de las Reservas Probadas de “minerales” están reguladas sin tomar en cuenta el agotamiento de los recursos, por ejemplo, la extracción de Litio en Sonora, México está emergiendo en un concepto tergiversado de la Inversión de infraestructuras elevando la tasa de extracción del recurso por 250 años a posteriori. Este proyecto abandona la protección del medio ambiente, ya que hay claramente una falta de cumplimiento en el indicador ecológico acuñado por el Banco Mundial, ahorro genuino.

El concepto de ahorro genuino supone la sustituibilidad del capital natural por el capital producido, y esto no siempre es así, porque el horizonte para reciclar las baterías usadas de litio es terreno inexplorado en el campo de la investigación y a su vez paradójicamente, hay un proceso de culturización sobre el manejo racional (recuperación y reciclaje) de las baterías AA o de las que provienen de smartphones.

El nuevo acceso a recursos minerales se manifiesta como punto de inicio de las cadenas de valor global, en vez de la asimilación de la depreciación del capital natural, como en el caso del Litio sonorense en territorio mexicano. Este esquema regulatorio permite la finalización de un recurso que no es renovable y que el coste marginal total de la contaminación acentuará las emisiones de gases tóxicos en dicha región.

Esta perspectiva es una realidad de la Innovación Tecnológica, un fenómeno que crea indiscriminadamente una generación exponencial de basura electrónica como externalidad y contradice el discurso de sustentabilidad actual: por un lado, cuando se recupera metal inevitablemente se contamina y por otro lado se genera escasez del recurso mineral natural no renovable para producir nuevos gadgets.

Aunque los residuos tecnológicos (RAEE o WEEE) están contemplados como Residuos de Manejo Especial en México, con la nueva sociedad del encierro a partir del año 2020, el teletrabajo y la obligación de conexión digital en el sector educativo, como agenda laboral promueve más horas de virtualidad, que es igual a más horas de conexión a internet. 

Por tanto, la fabricación de equipos electrónicos es predominante, cabe decir, entonces qué en el régimen “Nueva Normalidad” no existe la escasez de los recursos naturales porque la Economía de Plataforma (apps) predica la tendencia de acumulación no solo de residuos electrónicos sino también de bigdata.



Entremedio de esta neocostumbre social se renuncia propiamente a la protección y la resiliencia ambiental, introduciendo una función básica a productos electrónicos sin requerir un marco general de ecodiseños en la remanufactura. A lo sumo idealizando la utilidad de los Biomateriales para continuar con la producción en masa que libera emisiones contaminantes, trágicamente en concordancia con la Gestión Ecológicamente Racional, guía del Programa de Naciones Unidad para el Medio Ambiente (PNUMA).

Es oportuno cuestionarse ¿la propuesta de Minería Urbana (MU) es factible hasta qué punto? Porque entre los matices de la misma están los recicladores de a pie, los chatarreros, personas que viven del desamble de desechos electrónicos y que no se enteran de leyes ni acuerdos ambientales ni nada que no sea -pagar un peso por cada gabinete de PC- recuperado desde un hogar.


sábado, 16 de enero de 2021

Categorización de los residuos tecnológicos: algunas consideraciones

Hoy día con la ilusión de la era digital se sostiene un consumismo de equipos electrónicos, dispositivos que representan una infinita gama de utilidades y a la vez una grosera cantidad de sus residuos: una realidad que está bajo la alfombra de la congestionada red mundial. En el apocalíptico año 2000 había 360 millones de usuarios de Internet en el mundo; en el año profético maya incrementó a 2,405 millones de cibernautas y para el recién terapéutico año 2020 somos cerca de 5 mil millones de internautas, según World Internet Users & Population Stats.

Cada día que pasa los dispositivos ofrecen velocidad infinita en las apps, pero a nivel físico tienen poca perdurabilidad; pues son fácilmente sustituibles por otros equipos con software mejorado en la transmisión de datos o en la resolución de imagen, esto es la -obsolescencia programada-, la expresión directa de la Ley de Moore. Gordon Moore fue un ingeniero, quien afirmó en 1965 que la aceleración del ritmo en la producción de chips, para las Tecnologías de la Informática se duplicaría cada 18 meses, facilitando un mayor almacenamiento de archivos.

Paralelo a esta capacidad se desarrolló la comunicación oblicua y asíncrona, por una agencia de inteligencia americana creando la red ARPANET (hoy internet) para el envío de datos, primero de texto y en 1992 fue diseñado el primer Smartphone con pantalla táctil e iconos. Todo giraba sobre la rueda para las industrias electro-informática hasta que, en el año 2002, una directiva legal en la Unión Europea, legisló disposiciones generales para el tratamiento adecuado de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE, o en inglés WEEE) responsabilizando a los fabricantes.

La causa principal es simple ¿De qué está hecho el Residuo Electrónico? Es una mezcla heterogénea de metales pesados ensamblados a unos plásticos que resultaron difíciles de separar; solamente por incineración a altas temperaturas o por disolución en agua con ácidos fuertes. La rápida adquisición provocó un caos: los RAEE se acumulaban rápidamente en los hogares, las oficinas, almacenes o en los basureros, lógicamente las asociaciones europeas de la metalurgia, eléctrica y electrónica, tales como ORGALIME, DIGITALEUROPE y TechAmerica Europe, se opusieron rotundamente, aduciendo que los gastos de recuperación y reciclaje de sus RAEE incrementaba los costos de sus productos manufacturados.

Además, la ley no sólo categorizó en una lista a los productos electrónicos (con chip), sino también a los equipos eléctricos (sin chip), puesto que complementó con la Directiva Europea RoHS, para que eventualmente desaparecieran del mercado aparatos que contenían Plomo (Pb), Cadmio (Cd), Cromo (Cr) y Mercurio (Hg), metales muy tóxicos que aparecen en lámparas, soldaduras, baterías y plásticos. 

Resulta sospechoso creer que los productores no previeran el tremendo problema de acumulación de RAEE más la contaminación ambiental que representa su disposición final en rellenos sanitarios. Por un lado, los distribuidores de los dispositivos incentivan frecuentemente la disminución de la brecha digital (no solo en Europa) y por otro, es bien conocido que la extracción de minerales es el sector económico que más produce emisiones CO2 contaminantes. 

En 2006, cuando el Parlamento Europeo revisó los avances de la ejecución de estas Directivas, descubrió que alrededor de 42 organizaciones conformaron WEEE Forum en la Unión Europea para reciclar RAEE. La recuperación de los componentes especialmente el cobre (Cu) y metales preciosos como oro (Au), plata (Ag), platino (Pt) incluso materiales reciclables como plástico o vidrio recuperados desde los RAEE se convirtió en un nicho económico muy redituable. A tal grado que la exportación-importación de los residuos tecnológicos es común desde los países desarrollados hacia países con economías emergentes de Asia, América del Sur y África.

Pero la transferencia de productos tóxicos y desechos peligrosos que contienen los RAEE (o Ewaste) es clasificada como contaminación fronteriza por los Acuerdos Ambientales Multilaterales (AAM) de Basilea, Estocolmo y Róterdam, en los que participan 188 países del mundo, menos EE.UU. y China. La unificación de estos AAM ha derivado en una agenda de trabajo acuñada como Gestión Ecológicamente Racional (GER), adoptar los mejores métodos de operación que limiten liberaciones peligrosas en el manejo y reciclaje de la basura tecnológica.

Como la problemática de acumulación y la transferencia de WEEE (E-waste) continua en el viejo continente, diversas organizaciones como Institutos de Investigación, Universidades, Empresas OEM (equipo original), Empresas de Reciclaje y algunas Secretarías o Ministerios del Medio Ambiente de los 27 países europeos se organizan en el Proyecto StEP para promover la GER, y en Suramérica la plataforma RELAC tiene un objetivo similar. 

Estas entidades tratan de unificar conceptos como los E-waste históricos, residuos que se desecharon antes de que entré en vigor una legislación sobre GER y; Ewaste huérfanos, residuo cuyo fabricante se desconoce o ya no existe al momento que se generan los gastos de gestión. Otros dos conceptos son el enfoque REP (Responsabilidad Extendida del Productor), que se trata directamente de las directivas europeas ya mencionadas líneas arriba; y el impuesto ARF (Tasa de Reciclaje Avanzado) es usado en EE.UU. 

Mientras en la jerga económica se denomina economía circular al valor agregado que generan los Desechos Electrónicos y a la recuperación de metales proveniente de la basura del Siglo XXI se le nombra Minería Urbana. Aunque realmente la practica dominante en torno al reciclaje de los residuos electrónicos se ejecuta en un sector conocido como chatarreros, personas quienes usan técnicas manuales de separación, donde suelen recuperar y comercializar los cables de cobre, el vidrio y el aluminio. Sin embargo, el discurso formal de reciclaje gira en contraposición a este trabajo, ya que evidencias académicas demostraron la intoxicación de varios chatarreros por dedicarse a esta labor (ver imagen).


El debate de la aplicación de la GER está en la dicotomía que representa la falta de reemplazo de diferentes metales para la producción de los RAEE, es decir, que no se pueden sustituir por otro metal porque no produce mayor conductividad (como el tantalio) o almacenamiento de energía (como el cadmio).

Por tanto, los distribuidores de servicios de red, las empresas de desarrollo de software, los comerciantes minoristas, los proveedores de Internet y las cámaras de comercio de las Industrias Electro-informática se adhieren a la visión académica de separar cuidadosamente los RAEE en forma manual (reciclaje inclusivo). Después acumular y exportar por Toneladas de residuos recuperables hacia países donde existen compañías que desintegran los residuos electrónicos bajo patentes de procesos de minería (Proceso Noranda, Umicore, etc), asegurando así la mayor retención de metales, finalmente reintroducirlos a las cadenas de valor global.

De tal forma, que la mayoría de legislaciones sobre el reciclaje de la chatarra electrónica en países latinoamericanos o africanos se formula como política pública dentro de los Residuos de Manejo Especial. Así los RAEE son reutilizables y reciclables, pero se evita convenientemente la ordenanza del diseño ecológico (REP y RoHS), un marketing socialmente responsable y la educación ambiental del consumidor.



sábado, 9 de enero de 2021

¿Hay bondad en la mineralogía aplicada a los procesos de fabricación de dispositivos electrónicos?

En los últimos 20 años, la innovación de los teléfonos móviles ha reducido su peso de 5 kilogramos a menos de 100 gramos; los smartphones son los dispositivos más utilizados para hacer videollamadas, por supuesto; pero también para tomar clases o cursos online, ver películas en plataformas mainstream, hacer compras en línea, en general nos entretenemos e informamos con los móviles.

Pero olvidamos su huella ecológica de tal manera que nuestras exigencias tecnológicas continúan impactando en forma extractiva, concretamente a los recursos minerales; la obtención de diversos metales preciosos tales como litio, cobre, plata, oro, tántalo o aluminio, que se utilizan para fabricar diversas partes de un solo dispositivo móvil, trasgreden a otros recursos naturales, ya sea contaminando o provocando una recuperación duradera, por ejemplo:

Tabla de datos sobre externalidades de extracción


Las externalidades de extracción traspasan a nivel social, como en el tántalo (obtenido a partir de mineral coltán). Un mineral que se encuentra no solo en Australia, Canadá y Brasil, sino también la República Democrática del Congo (RDC). Para las minas de coltán, los grupos de milicias han llevado a la población local de sus tierras a trabajar forzosamente en las minas. Además, las minas se encuentran en la selva tropical, el hogar de los últimos grandes simios de África. El coltán, que a veces se vende más de 500 dólares por kilo, incentiva también el tráfico ilegal de especies endémicas de animales, acelerando su extinción. Entre 2001 y 2002, la ONU condenó ese tipo de prácticas industriales y propuso un embargo sobre el coltán congoleño, sin ningún efecto.

Por otra parte, la producción de aluminio consta de tres etapas principales: extracción de bauxita, refinación de bauxita en alúmina (Al2O3), y luego la fundición para producir aluminio. La bauxita proviene de minas a cielo abierto ubicadas principalmente en regiones tropicales y subtropicales. En promedio toma de 4 a 5 toneladas de bauxita para producir 2 toneladas de alúmina, obteniendo una tonelada de aluminio. El principal subproducto sólido de la extracción de alúmina (por proceso Bayer) es lodo rojo (desecho tóxico) y arroja aproximadamente 3 toneladas, por cada tonelada de alúmina refinada, es decir, 6 ton por cada Tonelada de Aluminio.

Como vemos el impacto de extracción de minerales para la fabricación produce altos costes ecológicos y riesgos a la sociedad, pero estas externalidades no quedan ahí, ya que un dispositivo móvil es rápidamente desechado por otro más innovador en menos de dos años o menos.

Cada día que se compran nuevos móviles, las reservas probadas de minerales disminuyen y el precio de extracción incrementa, por ejemplo, Rusia en 2018 extraía a 739 dólares la onza de oro, al último trimestre de 2020 costaba 1,800 dólares. China tiene la capacidad más alta de refinación de Litio produciendo 77% de Baterías a nivel mundial, con reservas probadas de este mineral en 4.5 millones de Toneladas. Aunque Australia y EE.UU. estiman sus reservas en 6.3 y 6.8 millones de Ton, respectivamente, detrás están los países de América del Sur, Bolivia y Chile con 2.1 y 8.3 millones de Ton, respectivamente.

En México se ha detectado una mina de litio en el Estado de Sonora, en el proyecto de exploración realizado por el Proyecto Bacanora Lithium estimaron 8.8 Metro Toneladas (Mt) de litio con 250 años de vida productiva, estaría en operación en el año 2024(1).

Fuentes de Tabla de datos : 
* https://www.am.com.mx/guanajuato/noticias/Deja-minera-El-Rosario-laguna-toxica-en-Guanajuato-capital-20190701-0006.html
**https://www.911metallurgist.com/metalurgia/cianuracion-minerales-auriferos-oro/;
 ++ http://boletinsgm.igeolcu.unam.mx/bsgm/index.php/379-sitio/articulos/cuarta-epoca/7101/2034-7101-8-perez
(1) AIMMGM Nacional. Video "La verdad sobre el litio en México". Plataforma Youtube. 11 de Noviembre de 2020.

ZERO Landfill: la desmaterialización de los residuos

  La propuesta de la ITU sobre conseguir cero rellenos sanitarios ( landfill , en inglés), se basa en la tesis de Wilfred Malembaum publicad...